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“No te preocupes, ya hablará”, un consejo con buena intención pero muy dañino | Hablantes tardíos, Trastorno de Lenguaje, Dislexia, Dislalia y Tartamudez.

Tabla de contenidos

Leyendo mensajes y comentarios en grupos de crianza, atención temprana, crianza bilingüe… veo continuamente a mamás que piden consejo porque su hijo de 18 meses, 20 meses, 21 meses, 24 meses, 30 meses, 3 años y medio… no habla o dice muy poquitas palabras.

Mi bebé de 2 años y medio, no habla nada, dice algunas palabras sueltas.

Mi hija cumplirá tres años en octubre. Todavía no habla, solo mamá y papá.

Estoy un poco preocupada porque mi niña tiene 21 meses y aún no dice ni una palabra, en casa el papa le habla inglés y yo español. ¿A qué edad suelen empezar a hablar los niños bilingües?

Veo muchas respuestas de otras mamás que les dicen que no se preocupen, que ya hablarán, que su hijo/a empezó también muy tarde, que luego empezó a hablar y no calló… (ya dejé mi opinión sobre estos consejos en este artículo “Espérate, ya hablará. Ahora no puedes hacer nada”. Logopedia Online.

También hice este reel tocando este tema de manera muy rápida.

El sobrino de la vecina de mi hermana no habló hasta los 5 años

Este comentario está hecho con buena intención, pero la verdad, no ayuda en nada y puede ser muy dañino. Igual que los anteriores. No ayudan a ir hacia adelante.

¿Por qué?

  • No hablar hasta los 5 años no es para nada normal.
  • ¿Tenemos datos de cómo es su rendimiento académico? Quizás empezó a hablar, pero de qué manera y con qué consecuencias en su aprendizaje (por ejemplo de la lectura y escritura).
  • ¿Tuvo o tiene dificultades asociadas al lenguaje? De pronunciación, como decía de lectura y escritura, de comprensión de textos…

El 50 – 70% de los hablantes tardíos

  • a los 3 años estarán en el rango normal en vocabulario y gramática
  • y a los 6, de uso de lenguaje.

Pero puntúan en el rango bajo.

Quien tiene la experiencia de que todo al final se puso bien, puede estar contenta.

Pero debemos ser muy conscientes de que existen los hablantes tardíos, los retrasos de lenguaje, los trastornos de lenguaje, las dificultades auditivas no detectadas… un montón de cosas que tomadas a tiempo tienen un muchísimo mejor pronóstico.

Así que cuidado con los consejos que damos o que te dan.

He escrito este artículo para mostrar que a un hablante tardío se le debe tomar en cuenta porque pueden haber consecuencias.

Pero sobre todo, para decir que hay maneras de hacer con el niño/a, que no son nada fuera de lo común, sino de realmente conocer a tu hijo/a y ofrecerle lo que realmente necesita en cada momento de su desarrollo. Proporcionarle un entorno rico de comunicación para que su lenguaje se desarrolle.

Al final del artículo comparto otros artículos relacionados y un taller y una masterclass gratuitas.

Espero que te ayude mucho.

A continuación, te mostraré cómo algunas de las dificultades o trastornos de lenguaje que se diagnostican de más mayores tuvieron como factor de riesgo ser un niño/a hablante tardío, que empezó tarde a hablar, que hubieron dificultades de lenguaje desde pequeño.

Te hablaré concretamente de la relación entre los hablantes tardíos o las dificultades de adquisición y desarrollo del lenguaje con el Trastorno de Lenguaje, la Dislexia, la Dislalia* y la Tartamudez.

*La dislalia es un término desfasado como podrás ver en el capítulo correspondiente, pero puede que sea el término que has escuchado.

1) Niños/as con Trastorno de Lenguaje

El Trastorno de Lenguaje (TL) (también llamado Trastorno Específico de Lenguaje TEL o disfasia) se puede diagnosticar a partir de los 5 años. El niño/a con TL presenta un patrón de desarrollo del lenguaje no evolutivo, desviado, con dificultades que no responden bien a la intervención. Son niños/as que fueron hablantes tardíos. Es un trastorno grave y persistente.

Los niños/as con TL suelen tener problemas de aprendizaje (lectoescritura y matemáticas).

Los signos de riesgo de un TL son:

  • Antecedentes en la familia de TL o dificultades de lenguaje y habla
  • Modelos lingüísticos incorrectos
  • Problemas psicomotrices (motricidad gruesa, aprender a caminar, cómo se mueve…)
  • Problemas perinatales (al nacer)
  • Dificultades en la capacidad de imitar
  • Tipo de juego especial
  • Deprivación física (malnutrición, condiciones vivienda…)
  • Deprivación ambiental (social y afectiva, interacciones). ¡Cuidado que aquí por desgracia muchos niños han tenido esta deprivación ambiental por causa de la pandemia que hemos vivido. Puedes leer mi artículo sobre los efectos de las mascarillas sobre el lenguaje.

¿Cómo llega un niño/a a tener un trastorno de lenguaje?

Es un niño/a que quizás no ha recibido la atención que necesitaba cuando era más pequeño y ya presentaba una adquisición de lenguaje lenta, tardía.

O es un niño/a que sí que ha recibido terapia y ayuda desde que se empezó a detectar que algo no iba con normalidad pero, como he dicho, es un trastorno persistente y grave y, por eso, incluso con terapia los avances son muy lentos.

Sea como sea, debemos proporcionar una atención temprana a todo aquel niño/a que está mostrando unas características especiales a la hora de adquirir el lenguaje.

Cuando tú, mamá, tienes esa preocupación, notas que va más lento, no sabes si es normal, no habla tanto ni tan bien como otros niños de su edad, casi no dice palabras, no se le entiende cuando habla… tú sabes que necesitas consultar con una especialista de lenguaje.

Hazlo ya. No esperes más.

Cómo te puedo ayudar para prevenir un retraso / trastorno de lenguaje

Si tu hijo/a todavía es pequeño (2, 3, 4 años) lo mejor que puedes hacer es Prevenir e impulsar su lenguaje con las estrategias de comunicación adecuadas.

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O habla conmigo sin compromiso

contándome cuál es tu mayor reto ahora mismo en relación al lenguaje de tu hijo/a.

2) Niños/as con Dislexia

Antes de hablar de qué es la dislexia y por qué esta tiene relación con el desarrollo del lenguaje oral, quiero explicar cómo aprenden los niños a leer y a escribir.

Así como tenemos una predisposición innata para hablar, no la tenemos para leer. Los niños/as adquieren el lenguaje de manera natural si están inmersos en sociedad y tienen personas a su alrededor que les hablen.

Por eso creo firmemente en que el contexto juega un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje. Y que haciendo ajustes en el entorno, en la comunicación que se le dirige al niño/a, podremos favorecer e impulsar el desarrollo de su lenguaje.

La lectura implica reciclaje neuronal. Es decir, hay un lugar en el cerebro, que se empieza usando para reconocer fisonomías y discriminar figuras geométricas, y que cuando el niño/a empiece a aprender a leer irá colocando las letras para poderlas ir reconociendo.

La lectura tiene base en el lenguaje oral. Para aprender a leer se requiere de unas habilidades previas o pre-lectoras que el niño/a debe aprender, ejercitar, para poder ir aprendiendo a leer y a escribir. Entre estas habilidades previas hay la conciencia fonológica (saber que las palabras están formadas por fonemas), la conciencia silábica (poder separar las palabras por sílabas) y un lenguaje oral fuerte (ser capaz de hablar con corrección, inventar historias, tener un buen uso del lenguaje).

La dislexia es un trastorno específico de la lectura con base en el lenguaje. En la dislexia también hay dificultades con la ortografía, con la escritura y con la pronunciación de palabras. Puede causar dificultades aprendizaje escolar.

Hay un 6-7% de alumnos que tienen trastorno de aprendizaje. De estos, el 85% su dificultad principal es en la lectura o procesamiento del lenguaje.

Un 15-20% de la población tiene algún síntoma de dislexia (lectura lenta o imprecisa, mala ortografía, confusión de palabras similares).

Otra vez, quiero que veas la importancia de un buen desarrollo del lenguaje. Un niño con dificultades de lenguaje oral no podrá empezar con el proceso de aprendizaje de la lectoescritura con garantías.

3) Niños/as con Dislalia (editado: Trastornos de los Sonidos del Habla – TSH)

Empiezo este capítulo diciendo que en marzo de 2024 lo actualizo para aportar los nuevos consensos en cuanto a terminología.

Dislalia es un término desfasado y en breve contaré por qué y cuál es el término que ahora se usa (avanzo: Trastorno de los Sonidos del Habla – TSH). Pero dejo parte de este capítulo como estaba para comprender de dónde venimos y dónde estamos ahora.

Aquí va el fragmento que escribí en julio de 2021:

La Dislalia es un trastorno de la articulación de los fonemas. Se trata de una incapacidad para pronunciar correctamente ciertos fonemas o grupos de fonemas, bien por ausencia o alteración.

Cuando los niños adquieren el lenguaje cometen errores o procesos fonológicos que pueden ser normales por edad.

Por ejemplo, a los 3 años decir tes en lugar de tres, ecoba (escoba), peota (pelota), tasa (casa) entra dentro de lo esperable.

Son errores que pueden ser normales, pero también se debería valorar, porque hay errores que no son evolutivos, sino desviados, y también dependerá de la edad de tu hijo/a.

Pero cuando ya hablamos de Dislalia, es decir, cuando el niño/a está presentando dificultades al pronunciar o articular uno o más fonemas que por edad que ya tendría que tener bien adquirido, entonces necesitamos intervenir y ayudar al niño.

Tipos y causas de la Dislalia

Es muy importante ver qué causas pueden dar una dislalia. Y lo veremos bien claro hablando de los tipos de dislalia.

En primer lugar tenemos la dislalia funcional en la que hay un funcionamiento anormal de los órganos orofaciales o articulatorios. El niño/a tiene una dificultad o incapacidad para lograr la posición y los movimientos adecuados para producir un fonema. Por ejemplo, tener 6 años y ser incapaz de articular la R múltiple o la S correctamemente, ni por repetición.

En segundo lugar, la dislalia orgánica donde la causa son lesiones en los órganos orofaciales (labios, lengua, frenillo, fosas nasales…). Por ejemplo el niño/a que tiene un frenillo lingual corto que le provoca no poder decir bien los fonemas alveolares L, R simple, R múltiple…

En tercer y último lugar, la dislalia audiógena. Las causas son dificultades auditivas, detectadas o no detectadas, que han dado dificultades para poder discriminar bien los fonemas. Por ejemplo el niño/a que no discrimina bien entre palabras que contienen fonemas que comparten rasgos fonéticos, como R – L – D, C/Z y F, S y J, P y K…

Puedes leer más posts en los que he hablado sobre estos temas y con ejemplos aquí:

Volvemos a ver la importancia de una buena atención temprana. Cuanto antes detectamos que algo de todo esto está sucediendo (defectos orgánicos, problemas auditivos, dificultades o incapacidad funcional) podremos darle las ayudas que el niño/a necesita para superar esas dificultades.

En todos estos casos, sin la intervención adecuada, el niño/a arrastrará estas dificultades.

Y no se queda aquí.

Los niños/as con dificultades de pronunciación no resueltas pueden tener:

  • Dificultades en la adquisición de la lectura y la escritura (porque al no pronunciar bien, no sabrán qué fonema está diciendo para poderlo relacionar con la grafía [letra] correspondiente).
  • Dificultades comunicativas por la falta de seguridad o autoestima que pueden desarrollar.
  • Inseguridad, baja autoestima, evitación de interacciones sociales.

En definitiva, afecta en su vida personal, social y académica.

Factores de riesgo para la Dislalia

Quiero que veas con detalle cuáles son los factores de riesgo de un niño/a para presentar una dislalia. Los niños con dislalia son niños/as que han podido tener:

  • Afecciones orgánicas o neurológicas.
  • Problemas auditivos (detectados o no detectados. También cuentan los resfriados, mucosidades en el oído, otitis, cera en el conducto auditivo…)
  • Con algún otro problema de desarrollo.
  • Con un entorno familiar y social poco rico comunicativo.
  • Que fueron hablantes tardíos o tuvieron (o tienen) un retraso de lenguaje.

Y por último, algunas de las causas de la dislalia:

  • Entorno, contexto
  • Tipo de comunicación que se establece con él/ella
  • Factores hereditarios, antecedentes de mamá, papá u otros familiares con dislalia
  • Características personales del niño
  • Problemas oído y mucosidades
  • Alimentación desde que era bebé y ahora (si le costó introducir los sólidos y distintas texturas)
  • Uso de chupetes, biberones, chuparse el pulgar
  • Dentición
  • Frenillo lingual, paladar ojival
  • Aspectos neurológicos
  • Interferencias lingüísticas
  • Modelo/s lingüístico/s familiares y de la comunidad
  • Uso de mascarillas

Sobre este último punto, te dejo mi artículoEfectos de las mascarillas en la comunicación y el lenguaje de tu bebé y tu hijo/a pequeño”.

Actualización de este capítulo – marzo de 2024

Dislalia es un término ya desfasado, pero que se empezó a usar en 1860. También se llamaba trastorno funcional de la articulación

Desde los años 70 al 2005, se fue cambiando de terminología y también según autor: se hablaba de trastorno de la articulación y trastorno fonológico como cosas separadas; o bien trastorno articulatorio-fonológico porque se veía que ambas cosas iban ligadas (el aspecto más motor del habla y también el aspecto más lingüístico); o bien trastorno fonológico por pensar que la lingüística iba por encima de cualquier acto motor. 

Tengo que decir, que yo que estudié la carrera de logopedia de 1999 a 2002, aprendí sobre la dislalia. Todavía se hablaba muchísimo de dislalia y después en mi práctica profesional en un centro de atención temprana y de atención a niños más mayores. Incluso tenía un libro de l’Escola de Patologia de Llenguatge del Hospital de Sant Pau de Barcelona que se llamaba Tractament i Prevenció de la Dislàlia, de Montserrat Massana, publicado en 2003.

Sin embargo, con los más recientes estudios, desde 2005 el término correcto es el de Trastorno de los Sonidos del Habla TSH, un término que viene del mundo anglosajón, ya usado desde el año 2000.

¿Por qué TSH?

Recuerdo que este mismo libro de la Dislalia me hizo reflexionar mucho. Porque por un lado yo había aprendido que una dislalia era una incorrecta articulación de algún fonema del habla. Sin embargo, luego veía que había clasificaciones de la dislalia que eran por causas etiológicas (de la causa) y entonces había cosas que no cuadraban con esa definición.

Por ejemplo, había una dislalia que era “audiógena” (como he dicho más arriba en mi artículo original) que se definía por la causa, por deficiencia auditiva (y no necesariamente una deficiencia auditiva física, sino por dificultades con una correcta discriminación auditiva). Cuando yo veía esa definición mi cabeza se iba hacia la categoría de trastorno fonológico y no de dislalia.

Y esto es lo que Susaníbar justamente explica, que las clasificaciones no tenían un consenso.

El TSH llega para dar un consenso

El TSH llega para decir que lo más importante es el síntoma en el paciente y no buscar incansablemente la etiología (causa). Si la etiología es evidente, fantástico; pero no nos perdamos que nuestra terapia tiene que buscar mejorar lo que está alterado. Y en un TSH están alterados los elementos segmentales (fonética y fonología) y suprasegmentales (prosodia) del habla. 

Diversas etiologías pueden alterar estos elementos. Ejemplos: el Síndrome de Down, una fisura palatina, la disartria, una pérdida auditiva… provocan que el paciente tenga un TSH.

El TSH se manifiesta en diferentes grados:

  • desde el más leve que viene por una R
  • hasta el más severo que puede ser un retraso motor del habla, una apraxia infantil, la disartria…

Muchos de los peques son idiopáticos: no hay etiología evidente. Y no está claro si es una dificultad más fonética (aprendizaje motor) o más fonológica (percepción). Las pruebas que hacemos salen todas correctas. Todavía no se encuentra una explicación. 

Algunos TSH pueden tener causas evidentes:

  • Neuromotoras
  • Morfológicas
  • Sensorial auditivas
  • Del neurodesarrollo

Hay estudios que indican que los peques que han tenido otitis recurrentes se nivelan en el habla hacia los 6 años, pero también ponen de manifiesto que el desarrollo del vocabulario de los 6 a los 10 años es menor que el de los niños que no han tenido otitis recurrentes.

¿De cuántos peques estamos hablando?

De 3 a 7 niños entre 100 tienen un TSH. 

Y hay más niños que niñas (1,5 – 1,8 niños por 1 niña).

¿Cómo intervenimos?

Depende de la edad y de la severidad del TSH.

No es lo mismo pensar que el peque tiene un TSH a los 3 años que a los 7.

En el caso de los peques más pequeños (hasta los 4 años aproximadamente) el trabajo con la familia va a ser el más importante. Que la familia sepáis de qué manera comunicaros con vuestro peque para impulsar que cada vez lo vaya haciendo mejor pero sin una corrección explícita de los errores y sin tener que hacer actividades muy dirigidas.

A medida que el peque va siendo más mayor y según cómo siguen esos TSH tendremos que trabajar de una manera más específica con el peque, con distintas actividades completamente dirigidas a los TSH que el peque siga manifestando.

4) Niños/as con Tartamudez

Llamamos tartamudez, disfluencia verbal o del habla, o déficit de la fluidez del habla cuando un pequeño/a está haciendo:

  • Repeticiones o prolongaciones involuntarias de fonemas o sílabas
  • Interjecciones o pausas en mitad de la palabra
  • Bloqueos en el ritmo del habla
  • Muchas veces depende de claves situacionales: surge o se agudiza (ansiedad, exigencia, cansancio, mucha alegría…)

Existe una disfluencia verbal de tipo evolutiva, que aparece en algunos niños entre los 2 y los 5 años y que puede tener muchas causas. Coincide con la edad de pleno desarrollo del lenguaje.

Lo importante en este momento es que esta disfluencia no se cronifique, que disminuya y desaparezca.

Para que eso ocurra es muy importante hacer un trabajo con los padres y el entorno. Es necesario hablar con los padres de las mejores estrategias y conductas delante de la disfluencia de su hijo, hacer un seguimiento.

La disfluencia se cronifica y se convierte en tartamudez cuando el niño es consciente y empieza a reaccionar: conductas de escape, evitación de personas, situaciones y palabras, vergüenza o frustración.

Los factores de riesgo para la tartamudez son:

  • Antecedentes familiares de tartamudez o disfluencia
  • Trastorno de habla o lenguaje asociado
  • Ser varón
  • Tener habla rápida o tener un modelo de habla rápida (mamá y papá que hablan muy rápido).

Otra vez, vemos la importancia de la atención temprana. Una disfluencia cogida al inicio o bien pronto tiene una probabilidad alta de remitir si las personas del entorno toman en serio las conductas que favorecen que esta desaparezca.

Testimonios de mis familias con peques con disfluencia inicial

Este último año he tenido varias familias que han consultado conmigo y que, con la evaluación y las pautas adecuadas dadas, han visto remitir la disfluencia de sus hijos.

“Estela nos ha dado las herramientas y la confianza para ayudar a nuestra hija a través de un proceso de desarrollo del habla realmente difícil. Su método es realmente perspicaz, los resultados hablan por sí mismos después de solo un par de sesiones. La recomendaría absolutamente al 100%.”

M, mamá de J (3 años)

Mensaje después de una semana de hablar conmigo:

“Hola! Pues está bastante mejor, está volviendo a hablar más y a tartamudear menos. Ayer yo dudaba de si ella está tartamudeando menos o soy yo que ya me he acostumbrado. Pero hoy me he estado fijando conscientemente y sí, tartamudea menos. Parece que está ganando confianza en ella misma otra vez.”

Mensaje después de dos semanas:

“Hola! Buenos días! Pues muy bien, J ya está cogiendo más confianza hablando y casi ha desaparecido el tartamudeo, ahora es muy poco y muy puntual.”

“No tenemos palabras para decirte lo inmensamente agradecidos que nos sentimos. Nuestra hija ha mejorado mucho en estos tres últimos días desde que hablamos, cruzamos los dedos para que siga mejorando. Gracias de corazón. Nos has dado tranquilidad y las herramientas que necesitábamos. Un abrazo :)”

C, mamá de S (4 años)

“Hola de nuevo. Tengo que decirte que A está muy bien, habla mucho otra vez y muy pocas veces tartamudea. Igual una palabra al día o nada. Pero me gustaría agradecer lo que no has ayudado, con las pautas y la traquilidad después de hablar contigo. Muchas gracias de verdad!”

A, mamá de A (2 años y 3 meses)

Si tu peque ha empezado a tartamudear o hace ya unos meses

te recomiendo que hagas este taller, con todos mis consejos y recomendaciones para poner en práctica desde ya y que después hablemos por videollamada.

➡️Taller «Mi peque se encalla al hablar, ¿qué debo hacer?» Tartamudez inicial⬅️

Para terminar

Te escucho.

Descubre cómo puedes empezar a favorecer el lenguaje de tu hijo/a desde casa y a través de las actividades cotidianas. No esperes ni un minuto más para poner remedio a esta situación.

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Imagen de shurkin_son en freepik.

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