El pasado 28 de septiembre tuve el placer de asistir a la jornada sobre “Uso de los SAAC (sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación)” de la mano de Isabelle Monfort. Un sábado fresquito de otoño, muy luminoso, con un cielo azul, en el Campus de Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
Disfruté todo el día. No se me hicieron para nada largas las 7 horas de ponencia que hubo. Todo el día escuchando las palabras de Isabelle, reflexionando, reforzando conocimientos, viendo algunas cosas desde distintas perspectivas, comprendiéndolas mejor y viendo de qué manera me ayudarían a explicar mejor lo que yo mismo comparto con las familias y profesionales. Es por eso que no quiero quedármelo para mí y escribo este artículo para que puedas llevarte tú también algunas de las joyas que compartió con nosotros Isabelle Monfort.
Isabelle Monfort es logopeda, autora de varios libros de gran interés para los logopedas, psicólogos y educadores, como En la mente. Trabaja en el Colegio Tres Olivos y directora en el Centro Entender y Hablar, en Madrid. Hija de Marc Monfort, quien fue uno de los más reconocidos logopedas de todos los tiempos, apasionado de su trabajo y me consta que una bellísima persona, con un corazón enorme (tengo algunas compañeras de profesión que tuvieron la suerte de conocerle). Conozco el trabajo de Marc Monfort desde que estudié Logopedia en la Universitat Autònoma de Barcelona, a través de sus artículos y libros. Marc Monfort es autor de Ser logopeda, el último de sus libros, publicado el año 2020.
La clave está en la palabra USO de los sistemas
Isabelle empieza diciendo que lo importante del título de la jornada es la palabra “uso”. Que no va a ser un curso de recetas ni siquiera sobre lenguaje bimodal (una de sus especialidades).
No: el foco de esta jornada es el uso que hacemos de los sistemas de apoyo a la comunicación. No los sistemas en sí, sino cómo, por qué, con quién, cuándo los usamos.
Esto me encantó. La verdad es que me dio todavía más ganas de estar allí. Porque yo no soy persona que le guste que le den recetas, ejercicios, actividades… en mi práctica logopédica. Quiero comprender, conectar las distintas piezas del rompecabezas, de lo que ya sé, con lo nuevo que pueda aprender.
Cuando comprendemos verdaderamente por qué hacemos lo que hacemos y qué valor tiene, podemos hacerlo cada una de nosotras a nuestra manera. Buscar cada una de nosotras las estrategias y actividades que mejor pensemos que van a funcionar.
Es como en la cocina. No soy de seguir un libro de recetas. Me gusta conocer sobre ingredientes, que sean intercambiables entre sí; entre tipos de cocción, para ir variando. Así, cuando quieres hacer un plato pero te falta un ingrediente sabes que no pasa nada, que lo puedes sustituir por otro. Y así dar a mis platos mi toque personal, con mi gusto y preferencias particulares. Poderme adaptar y ser flexible.
Como lo que dijo Isabelle: entender la flexibilidad en el uso de los sistemas de apoyo a la comunicación.
¿Qué son los sistemas aumentativos y alternativos de comunicación?
Empiezo por los sistemas AUMENTATIVOS, que deberían ser muy fáciles de entender. Los sistemas aumentativos ayudan a mejorar la comprensión del lenguaje, su procesamiento, su almacenamiento en memoria, la evocación y la eficacia de un entrenamiento oral en niños / alumnos con retos en la comunicación. Facilita la comunicación global y ayuda en el aprendizaje.
Isabelle deja bien claro que con los peques, desde que son bebés hasta en el colegio de infantil, siempre estamos usando sistemas aumentativos de la comunicación.
Puedes reflexionar tú misma.
¿Qué haces con tu bebé, con tu hijo pequeño que todavía no habla, con tu alumno en la escuela infantil… para que comprenda mejor lo que le estás diciendo, para que siga desarrollando su lenguaje?
No hablas como si hablaras a un adulto. Es decir, el tipo de frases, las palabras que usas son adaptadas al nivel que consideras de comprensión del peque. Seguramente eres más exagerada en cuanto a la entonación, hablas más claro, más lentamente… Hay ajustes en toda tu comunicación no verbal y verbal. Seguramente usas gestos con las manos, tu expresión facial es marcada… Si eres maestra, en tu clase hay dibujos (en los colgadores, en las paredes…) para anticipar ciertas rutinas, para que el peque que todavía no lee sepa dónde ir a hacer ciertas actividades…
Todo esto es una manera de aumentar la comunicación. Todo esto ayuda que el bebé, peque, alumno comprenda mejor el lenguaje, comprenda mejor lo que esperamos de él o ella, adquiera las palabras, desarrolle su lenguaje, cada vez hable mejor para que le entendamos mejor.
¿Y quién se beneficia de un sistema aumentativo de comunicación?
La respuesta apabullante es: TODOS los niños y niñas.
Y es que lo hacemos de manera natural.
Inciso grande que hago: hay mamás, papás, personas en contacto con peques que ciertamente NO hacen todo esto de manera natural. Cuántas veces me han dicho mamás y papás que no les sale natural hablar con sus hijos pequeños, que no sabían cómo hablar a sus bebés y que tienen muchas dudas sobre cómo sus peques o ellos se están comunicando.
También, cuántas veces veo a familias que tienen peques con desafíos en la comunicación que han cambiado la manera de comunicarse con ellos, porque se sienten perdidos, porque no saben cuánto entienden los peques, porque se han desanimado, porque están preocupadas, no saben cómo hablarles… Esto ha sido desde hace décadas motivo de estudio (intervención naturalista, modelo de intervención centrado en las interacciones mamás – hijos) y las conclusiones son que los papás con peques con desafíos en la comunicación, por la falta de feedback que reciben de sus hijos, cambian su manera de comunicarse y pueden tomar dos estilos comunicativos que se van a dos extremos opuestos, y que ninguno de ellos es favorecedor de la comunicación.
Por un lado, padres que hablan sin cesar, porque sus peques no hablan, y necesitan llenar todos los espacios (papás que hablan mucho, con mucha densidad en sus turnos, hacen muchas preguntas…); por otro lado, padres que se van quedando muy silenciosos porque no reciben respuesta de sus hijos, se desaniman, creen que no les entienden, así que optan por casi no hablar.
En ambos casos debemos hacer un trabajo importante de entender qué está sucediendo en esa interacción comunicativa entre pares e hijos y hacer ajustes en la comunicación de los adultos para que sea favorecedora e impulsora de la comunicación y el lenguaje de los peques.
Esto es lo que llevo haciendo desde hace mucho años con mi trabajo con familias con peques con desafíos en la comunicación, donde hacemos una buena valoración de la comunicación del peque y también del adulto en interacción con el peque para ver qué está sucediendo, qué cosas están funcionando, qué cosas no, dónde están las fortalezas de todos y aportar ajustes sencillos, pero altamente efectivos para impulsar el lenguaje del peque en casa, en el contexto natural.
En cuanto a los sistemas ALTERNATIVOS de comunicación, estos no solo acompañan y aumentan la comunicación que el peque ya muestra, sino que es un sistema alternativo para esos peques que por distintas causas no tienen lenguaje de salida (habla), ofrecen un medio distinto para poderse expresar.
Isabelle destaca que hay muchísimos más niños que necesitan de un sistema aumentativo y que además estos van a ir cambiando a medida que el peque se desarrolla.
“El diagnóstico no me da el sistema que el peque necesita”
Que interesante lo que Isabelle contó sobre los SLP en Estados Unidos (SLP: como llaman a los logopedas en EEUU, Speech Language Pathologist). Se ve que un colega le preguntaba cómo diferenciábamos en España una apraxia verbal de otros tipos de trastornos de lenguaje. La cuestión es que en EEUU esto es interesante porque según diagnóstico van a usar un sistema de comunicación u otro para intervenir con ese peque.
Isabelle cree que esta práctica no tiene sentido, pues como dice ella, el diagnóstico no nos dice lo que el peque necesita, sino su perfil y características (comunicativas y cognitivas), su momento de desarrollo y el contexto.
Para poner un ejemplo: podemos tener dos peques con TEA, pero estos pueden tener capacidades cognitivas y pragmáticas muy distintas, uno tener 3 años y el otro 6… así que el sistema que usaremos con cada uno será totalmente distinto.
O visto al revés. Tenemos un sistema de comunicación, pero lo vamos a aplicar de manera distintas si a quien estamos ayudando es a un peque con sordera, un peque que tiene un trastorno de lenguaje o un peque dentro del espectro autista con desafíos comunicativos.
Lo veremos con más detalle y ejemplos.
“La intervención es sobre el adulto”
Me encantó cuando Isabelle dijo estas palabras. Claro, ¿qué sentido tiene pensar que el peque con reto en el desarrollo de lenguaje tiene que cambiar algo en su comunicación? Es decir, lo que va a pasar es que el peque va a desarrollar su lenguaje, pero ¿por arte de magia?
Claro que no: gracias a que el adulto (logopeda, maestra, familia) hagan adaptaciones en su lenguaje para que el peque pueda comprender y procesar mejor y que esto le ayude a “sacar” él mismo o ella misma su propio lenguaje.
Isabelle vuelve a mostrar como aquí juega un papel otra vez principal que los adultos usemos sistemas aumentativos de comunicación. Porque volvamos a recordar qué es lo que naturalmente (deberíamos, sería ideal que hiciéramos) hacemos con los niños pequeños, desde que nacen.
Si con los bebés bailamos cuando les decimos “bailamos”, o les movemos las manos cuando hablamos de las manos, les ponemos una cara divertida o de enfado (cuando hablamos de emociones), o hacemos con las manos unas orejitas de conejo cuando vemos un conejito en un cuento, ponemos los brazos graaandes cuando decimos que algo es grande, o los deditos juntos y decimos “pequeñito”… y ellos nos imitan a todo esto (los bebés de desarrollo típico hacen todo esto) ¿por qué creemos que potenciar todavía más todo esto con aquellos peques que están presentando algún desafío en su comunicación, cuando su habla se está presentando de manera tardía… no es una buena idea?
Los estudios sobre desarrollo del lenguaje en bebés con el foco en la interacción que tienen con sus cuidadores (intervención naturalista) ponen de manifiesto que toda esta comunicación no verbal (es decir, un sistema aumentativo de comunicación) está estrechamente relacionada con que los peques desarrollen el lenguaje con más éxito.
Que cuando se hace de manera explícita e intensiva con peques con desafíos en el lenguaje, les impulsa en su desarrollo.
Y que un medidor de cómo está yendo el desarrollo del lenguaje de un bebé es la cantidad de gestos que hace desde los 9 meses (o antes).
Que la expresividad gestual de un bebé es un indicador de un desarrollo de lenguaje favorable.
¿Por qué entonces todos esos prejuicios de que…
“Habla con gestos pero eso no es hablar”.
“Quiero que deje ya de usar sus gestos y que use sus palabras”.
“Si le damos facilidades al peque para comunicarse (gestos, signos, apoyo visual como dibujos o pictogramas) no se esforzará a hablar”.
Todo esto va en contra de lo que el desarrollo de la comunicación verdaderamente es y en contra de la evidencia científica.
Vayamos otra vez hacia atrás y recordemos lo siguiente:
“Primero viene comunicar, luego hablar”.
Si tenemos esto en cuenta veremos que:
- Los bebés se comunican mucho antes de que aparezcan sus primeras palabras. La intención de comunicar aparece hacia los 8 meses (o antes) y las primeras palabras suelen aparecer hacia el año. Hay peques que no dicen palabras hasta los 15, 18 o 24 meses (yo los veo en mis sesiones con las familias a las que acompaño) ¡pero se están comunicando!
- La comunicación no verbal (gestos, expresiones faciales, movimientos, entonación, tono de voz…) ¡constituye entre el 70 y el 93% (según autor) del mensaje! ¿Cómo despreciarla o sacarle importancia?
- La aparición de gestos en el bebé (hacia los 9 meses) está estudiada, sigue unas etapas y se correlaciona con el desarrollo del lenguaje.
- Los ajustes que los adultos hacemos en nuestra comunicación (ejemplo: motherese o maternés) está estudiado que favorece el desarrollo del lenguaje del peque.
- Todos tenemos derecho a podernos comunicar. Así que si un peque, por el motivo que sea, no lo está pudiendo hacer de la manera “típica” que es con su lenguaje oral, es nuestra obligación moral y ética ofrecerle otro sistema de comunicación para que pueda satisfacer su derecho.
- Comunicar va más allá de pedir. Comunicar es relación con el otro, es expresar emociones, es mostrar, es entender el mundo…
- Entendiendo la comunicación como un árbol, la comunicación son las raíces, lo que tenemos que cuidar, fortalecer, para que llegue a salir la plantita. El tronco serán las palabras, las frases… Las hojas, la pronunciación, cómo se le entiende… Pero sin raíces no hay tronco ni hojas. Así que nuestra tarea como familias, educadores, logopedas y profesionales es fortalecer esas raíces.
Cuanto más temprano mejor.
Porque se debería estar haciendo desde el nacimiento.
Volvamos a esa idea tan importante que Isabelle decía: que los sistemas no van a ser para siempre los mismos. Un peque puede empezar al principio con un sistema alternativo porque no “hay salida de lenguaje” (no habla) y debemos proporcionarle una herramienta para que se pueda comunicar. Pero a medida que este peque crece y se desarrolla, y su lenguaje va mejorando, ese sistema que al principio era alternativo, ahora se convierte en aumentativo (porque ahora apoya, aumenta, mejora).
¿Solo un sistema de comunicación para cada peque?
Pues Isabelle lo explicó de maravilla. ¿Por qué ceñirnos en un solo sistema de comunicación con un peque? Hemos dicho que la elección del sistema es en base a que a este peque le funcione y le ayude. Quizás al peque le ayuda un signo para unas cosas y un pictograma, para otras. También teniendo en cuenta el contexto: quizás para una tarea más educativa, nos van bien apoyos visuales, pero por ejemplo cuando está en su casa o en el patio, y según para que función comunicativa, un signo es mucho más fácil y funcional.
Ejemplo que salió en la jornada. El peque está en el patio del recreo y quiere agua. Se acerca a la cuidadora y le pide agua señalando la botella. ¿Es coherente que este peque tenga que ir a buscar un pictograma de agua para pedir el agua que está pidiendo ya con su dedito señalando y porque tiene la botella delante? ¡Normal si se enfada y tenemos una rabieta si queremos que vaya a buscar ese pictograma “porque me lo tienes que pedir bien”!
Sin embargo, ¿qué tal si este peque pide agua con un signo que hace con su mano? Sus manos las lleva siempre con él, no necesita ir a buscar ningún picto. Y eso sí, mejor que la botella no esté tan accesible y visible, así la necesidad de pedirlo con el signo tiene más sentido que si tiene la botella delante.
Y es que vayamos a un punto importantísimo de lo que Isabelle quiso trasladarnos en su ponencia.
¿Qué sistema de apoyo a la comunicación es el que deberíamos considerar como primera opción?
a. Los signos (sistema bimodal)
b. Los pictogramas (o dibujos, un apoyo visual. Pueden ser tarjetas, tableros de comunicación)
c. Depende
Pues Isabelle considera que usar signos es la mejor opción.
¿Por qué? Porque son los que tienen…
- Menos exigencia cognitiva (así que peques con discapacidad los pueden comprender y aprender mejor que los pictogramas)
- Mayor efecto sobre el lenguaje oral (y esto se merece muchas explicaciones, que son interesantísimas. Más adelante lo verás)
- Mayor funcionalidad (siempre tenemos las manos con nosotros y las podemos usar en cualquier situación).
¿Cuándo los signos no serán indicados?
- Si el peque tiene una discapacidad motriz que le afecta a las manos
- En muchos casos de desafíos importantes en la comunicación donde lo que faltan son las bases de la comunicación. Si el peque no comunica, no hay funciones de la comunicación, hay dificultades de comprensión… entonces tampoco entenderá que esos signos le van a ayudar a comunicarse
Me ayudó mucho a comprender mejor todo esto cuando Isabelle nos dijo lo siguiente:
- Cuando hay dificultades en la comunicación, dificultades pragmáticas, un sistema alternativo o aumentativo con apoyo es más adecuado (apoyos visuales como pictogramas, tableros de comunicación) porque son estables y podemos entrar en su comunicación a través de una tarea cognitiva. En este caso, el sistema bimodal es más exigente cuando hay dificultades pragmáticas, porque como el lenguaje hablado, no permanece.
- Cuando hay dificultades cognitivas, el sistema bimodal de signos es un fantástico apoyo a la comunicación. Para estos peques, los sistemas visuales como pictogramas son más exigentes y también son más lentos.
Los peques TEA entrarían más en la primera categoría. Los peques TEA tienen dificultades para captar las intenciones comunicativas de su entorno, no imitan sino que generalmente repiten (ecolalia). Es por eso que para pedir pueden decir “toma” porque la mamá le dice “toma” cuando se lo da. Con estos peques no podemos trabajar su comunicación siguiendo los patrones “típicos” de desarrollo de lenguaje, sino que lo tenemos que hacer a través de tareas cognitivas. Y es ahí cuando los pictogramas nos ayudan.
Los peques con discapacidad intelectual como podría ser un peque con Síndrome de Down, en general, son expresivos, buscan manera de comunicarse, de hacerse entender. Sin embargo, una tarea cognitiva (entender y usar pictogramas) les va a costar. Pero los signos bimodales se aprenden mucho más fácilmente, y aumentan la comunicación que ya existe.
Resumiendo todo esto: si se puede con signos, ¡signos!
Recordemos que podemos usar varios sistemas depende del momento, contexto, momento del desarrollo… lo que quiere decir que vamos a usar signos en contextos más naturales (con la familia, en las rutinas del aula) y apoyos visuales en tareas más cognitivas y educativos (en contextos más formales de enseñanza).
El uso del sistema nos ayuda con el diagnóstico y es excelente para la prevención
Otro punto interesantísimo: el uso del sistema nos va a ayudar con el diagnóstico (diagnóstico por intervención). Si empezamos a aplicar el sistema bimodal y vemos evolución, tenemos claro que la comunicación está bastante preservada. Si vemos que no funciona, que el peque no comprende, no lo usa… veremos que hay dificultades pragmáticas.
Esto es una excelente herramienta también para la prevención. Isabelle propone que en todas las escuelas infantiles se use el sistema bimodal porque ¡favorece a todos los peques!
- A los de desarrollo típico, les favorece pues ya hemos visto que la comunicación no verbal favorece el desarrollo del lenguaje en todos los peques.
- A los que presentan dificultades de lenguaje y habla, los gestos del bimodal o gestos de apoyo a los fonemas, les ayuda en el desarrollo del lenguaje y en que puedan comunicarse mejor, se les vaya entendiendo mejor.
- Y los que tienen dificultades de comunicación, esto va a servir a detectar mejor aquellos que necesitan de otros apoyos (por ejemplo, con apoyo visual, pictogramas).
¡Ganan todos los peques no importa la condición!
Más beneficios de los signos: ¡no es el signo en sí!
Ya hemos visto los beneficios de los sistemas aumentativos o alternativos de la comunicación, con preferencia de los signos.
Y ahora veremos que en realidad hay un secreto muy interesante, y es que no es solo el signo en sí lo que ayuda a que el peque adquiera mejor el lenguaje. Es cómo usamos los signos para acompañar nuestro lenguaje oral y el efecto que tienen sobre el lenguaje del peque.
¿Cómo usamos los signos acompañando nuestro lenguaje?
- Cuando usamos el sistema bimodal, solo signamos algunas palabras. Podemos escoger cuáles queremos signar. Podemos signar sustantivos, verbos, adjetivos…
- Para hacer el signo tenemos que enlentencer nuestra habla.
- El signo se hace teniendo en cuenta las sílabas que tiene la palabra.
- El signo te obliga a segmentar.
Al hacer esto lo que estamos en realidad consiguiendo es que el adulto haga todos esos ajustes formales sobre su comunicación que tan importante son para favorecer el lenguaje del peque, que tienen que ver con el ritmo de su habla (que sea más lenta), con la claridad de las palabras que dice, con énfasis, marcando ciertas sílabas o fonemas… Solo con esta consecuencia de usar signos que acompañan el habla ya merece la pena hacerlo.
Yo lo veo de otra manera también. Siempre recomiendo enfatizar, hablar más lento, poner más gestos naturales, poner gestos cuando jugamos, cantamos, miramos un cuento, ser más teatrales, expresivos… pues si en lugar de gestos naturales somos más sistemáticos y usamos los signos que nos da el bimodal vamos a conseguir todo esto todavía con mayor intensidad.
Porque para los peques con desafíos en su comunicación y lenguaje necesitamos presentar el lenguaje:
- Más veces
- Más claro
- Más estable
¿Y los efectos en el lenguaje del peque?
- Mejor adquisición de verbos y adjetivos. El peque escucha de manera más clara palabras que podrían pasar más desapercibidas, como verbos o adjetivos que no tienen un referente tan claro como los sustantivos.
- Mejor adquisición de artículos y preposiciones. Podemos hacer gestos de apoyo en las palabras función que se perciben menos y con las cuales muchos peques tienen dificultades.
- Consciencia de sílaba (y articulación de palabras largas). Los signos acompañan a las palabras marcando las sílabas.
- Mejora de su articulación, aspectos fonético y fonológicos, inteligibilidad del habla, consciencia fonológica. Podemos apoyar a ciertos fonemas con los gestos de apoyo.
- Los signos inducen el lenguaje. El hecho de ver el signo en el adulto, induce y evoca el lenguaje del peque.
Más beneficios del signo: los signos siguen la misma ruta que el lenguaje hablado
Los signos siguen la misma ruta que el lenguaje hablado. Es por eso que sus efectos sobre el lenguaje hablado son tan positivos.
Un peque tiene una intención de comunicar → tiene que evocar → hace un movimiento motor para comunicar.
En el caso de hablantes: intención → evocación → movimiento motor de sus órganos bucofonatorios (labios, lengua, cuerdas vocales, mandíbula) para poder decir la palabra.
Peques que todavía no hablan: intención → evocación → movimiento motor, en este caso de las manos pero que a su vez pueden inducir los movimientos de sus órganos bucofonatorios.
Con los pictogramas esta ruta no sucede así. Así que los pictogramas, según como estén usados, no están potenciando ni la intención ni la evocación en el peque, ni el movimiento motor.
Terminemos derrumbando algunos mitos más
“Si usamos signos, el peque no usará su lenguaje, porque los signos son más fáciles que el habla”.
Pues Isabelle es clara y nos dice que cuánto más fácil se lo pongamos a un peque, más ganas va a tener de hablar.
Aquí entra lo que siempre digo en mis charlas, en mis artículos, con mis familias… lo importante es comunicarnos, escuchar al peque, observar al peque, hacernos expertas de su comunicación, ser buenas interpretando su lenguaje, porque así podemos dar feedbacks, alargar conversaciones… disfrutar de la interacción con nuestro peques y que la comunicación no se vea cortada tantas veces.
En cuanto a los signos: está demostrado que cuando el peque puede hablar, deja de hacer el signo. Porque hablar (cuando es posible para el peque) es la preferencia número uno. Cuando el peque puede hablar, ya no tiene que usar sus manos, lo que le permite estar jugando y hablando a la vez.
Incluso hay peques que podrían seguir usando signos porque sí que hablan pero su habla es ininteligible y nos ayudaría al adulto a entenderles mejor, pero una vez ya se ven hablando (aunque no se les entienda) dejan de hacer el signo porque su habla es mucho más rápida que hacer el signo. Y porque hacer el signo no fue en realidad usado para que le entendiera el otro, sino que era su mecanismo de evocación del lenguaje.
Es por eso que Isabelle dice que no es necesaria la etapa de extinción del signo que algunos autores proponen: el peque dejará de hacer el signo cuando no lo necesite. Y si todavía lo usa, es porque lo necesita, así que ¿por qué querer que no lo haga?
Últimas consideraciones sobre la importancia de la familia en todo esto
¿Cómo se consigue todo esto?
¿Cómo se consigue el input llegue más veces?
¿En la sesión de logopedia en el gabinete? ¿En atención temprana? ¿En el colegio?
Todo eso puede suceder, pero para que el input llegue tantas veces como se necesita, para que el peque pueda aprender y generalizar el aprendizaje, necesita que las personas de referencia sepan todo esto y se comuniquen con él o ella de la misma manera.
Es decir, que la familia estéis implicados en todo este proceso desde el principio. No como actores secundarios, sino como principales.
Que podáis usar todas las ventajas que nos da el contexto y entorno natural, pudiendo partir de los intereses del peque, para maximizar todos esos momentos.
Que la familia sepáis de qué manera acompañáis y favorecéis el desarrollo del lenguaje del peque en todo momento.
No solo entrando en la sesiones a las que pueda estar yendo (como dice Isabelle, que en su colegio las familias entran en la sesiones), sino que tengáis todo este conocimiento para usarlo de manera cada vez más natural en casa.
De esto me encargo yo. Juntos, vosotros familia y yo, partiremos de las necesidades que tenéis, de las necesidades de comunicación de vuestro peque, y veremos que ajustes podemos hacer a nivel comunicativo en la interacción en las rutinas cotidianas, cuando jugáis juntos, cuando miráis cuentos juntos, cuando bailáis y cantáis canciones, cuando el peque se mira en el espejo, cuando salgáis al parque… para hacer que su comunicación, lenguaje y habla despegue.
Nos encargaremos de fortalecer las raíces (la comunicación) para que vuestra plantita preciosa florezca (lenguaje y habla).
¿Quién soy?
Soy Estela Bayarri, logopeda infantil y lingüista, especializada en intervención naturalista centrada en la familia, atención temprana, neurodiversidad y familias multilingües, con 20+ años de experiencia.
Acompaño a mamás y papás (y abuelas, tías…) a comunicarse con sus hijos/as de manera efectiva para así favorecer el desarrollo de su lenguaje y habla, especialmente cuando se detecta algún tipo de desafío en la comunicación y/o lenguaje del peque.
Todo a través de la comodidad del hogar, de las actividades cotidianas, del juego y de los cuentos.
Partiendo de las fortalezas, no de los “déficits”.
Autora de la guía para padres Ayudando a nuestros hijos a hablar de manera natural (2018) (també en català).
Te acompaño con mis servicios individualizados.
Mira aquí algunos testimonios de familias que ya han podido hacer un cambio en su situación.
Si no me conoces demasiado, empieza por mi selección de talleres gratuitos entrando en mi grupo-canal gratuito en Telegram.
Para saber más:
No hay ningún estudio que hable de consecuencias negativas del uso de signos sobre el desarrollo de la comunicación y el lenguaje. Al contrario: hay muchos que hablan de los grandes beneficios que se obtienen. Os dejo la bibliografía que la propia Isabelle nos compartió:
- «Usings Signs to Facilitate Vocabulary in childern with language delay» (Lederer, Battaglia, 2017)
- «Gesture and signing in support of Expressive language Development» (L.K. Baker y Ramos, 2017)
- «The System for Augmentating Language» (MacCauley, Fey y Gillan, 2017)
- «La comunicación bimodal: una ayuda para el desarrollo del lenguaje y de la comunicación» (M. Monfort, 2006)
Para terminar te dejo una encuesta. Puedes dejar tu respuesta en comentarios.
¿Y tú qué opinas?
a. Sigo pensando que los signos o apoyos visuales van a perjudicar que el peque hable.
b. Ahora ya lo tengo clarísimo: sé que los SAAC son totalmente beneficiosos para el desarrollo del lenguaje del peque.
c. Todavía me quedan dudas. Sobre todo, no sé cómo aplicarlo.
Image by Hai Nguyen from Pixabay
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2 respuestas
Yo para comunicarme con mi hijo autista, uso aquello que me permita comunicarme. Signos, pictos y comunicador y lenguaje oral. Reconozco que no me llevo bien con el comunicador. No me es práctico, llevar a una tablet a todas partes; pero reconozco que los signos y lenguaje oral…me sirven para comprendernos. Lo mejor es probar e ir valorando lo que funciona.
Qué bueno, Pilar, lo que dices que se tiene que ir valorando lo que funciona. Y como digo en el artículo: lo que nos funciona hoy, no tiene por qué ser lo que nos funcione en un tiempo, porque el peque va a crecer, y va a desarrollar competencias que ahora no tiene.
Como tu dices, signos y lenguaje oral, si se puede, es importante porque los tenemos siempre «a mano» y generalmente ayudan al peque a la comprensión, a la evocación… Pero para un «trabajo» más a fondo, probablemente necesitemos de una enseñanza más estructurada, formal y estable, y eso serían los pictogramas, el tablero de comunicación… o a la larga el lenguaje escrito.
Muchas gracias por pararte y comentar, para que otras familias vean los sentires y experiencias de padres como vosotros.