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La respuesta a esta pregunta te da las claves para saber impulsar el lenguaje de tu peque con desafíos comunicativos

young family with baby toddler girl at home sitting on sofa

Tabla de contenidos

(Si prefieres escucharme, aquí te dejo el audio-post de este artículo).

La importancia de simplificar para centrarnos en lo esencial

Hace años que no ceso de buscar la manera de hacer la vida más simple. Y no porque no tenga ganas de hacer cosas. ¡Al revés! Tengo ganas de hacer muchísimas cosas, estoy metida dentro de muchos proyectos y me apasionan las cosas que hago.

Pero no quiero hacer cosas innecesarias, si hay una manera de hacerlas más sencillas y agradables. Trato de quitar todo aquello que sobra, por tanto, simplificar procesos.

Tampoco quiero hacer cosas con las que no estoy alineada. Tengo muy claros cuáles son mis valores. Hace años que hago un trabajo personal para conocerme y saber qué me suma y qué me resta. Y actualmente he ido perfeccionando esta habilidad. Siento en mi cuerpo lo que sí y lo que no.

Y no fuerzo. No camino por senderos que siento que no me llevan a la vida que quiero vivir. Escojo y pongo mi corazón en ello; en lo que vale la pena.

Y en cada momento de la vida esas prioridades cambian. En estos momentos sé que puedo darle cabida a los varios proyectos con los que trabajo porque sé en qué punto estoy a nivel personal y profesional. Sé que quiero y puedo.

Sin embargo, hace once años (y diez, nueve, ocho…) mi vida era otra y por mucho que hubiera querido tirar adelante los proyectos que tengo ahora, que me encantan, en ese momento no los habría disfrutado. 

En primer lugar, no habría tenido tiempo (o para tener el tiempo, habría tenido que sacrificar algo que era muchísimo más importante). En segundo lugar, esto que ahora es tan importante, no lo era en comparación con aquello que lo era mil veces más.

La maternidad como punto de inflexión

¿Qué pasaba en mi vida hace once años?

Me había convertido en madre. 

Mi vida había cambiado de ser yo sola con mis cuidados, mis tiempos, mis elecciones… a ser cuidadora 24/7 de un bebé completamente dependiente de mí. O mejor dicho, a ser yo totalmente dependiente de él.

La memoria me lleva a antes de nacer mi hijo, cuando todavía estaba de unos cuantos meses de embarazo, empecé a cuidarme pensando en mí y en él, y empecé a conocer, de manera casual, lo que era la crianza “respetuosa”. 

Casual porque en aquel entonces vivíamos al lado del centro de crianza respetuosa Somriure, en Barcelona, y fue allí donde empecé a descubrir todo este camino de maternidad tan distinto al que había podido conocer hasta entonces de otras mamás de mi alrededor.

Todos esos descubrimientos, lecturas, aprendizajes, charlas con Sandra y las otras futuras mamás de Somriure, me hacían pensar mucho y trazaban un camino que solo era el principio de un larguísimo viaje que todavía sigue, once años después.

La pregunta clave 

Y me llevaban a una pregunta, que quizás en aquel entonces no me hacía de manera tan explícita, pero que es la que ahora te voy a hacer. Una pregunta que hace años que de vez en cuando voy lanzando.

Una pregunta cuya respuesta es la clave para saber lo que realmente tu peque necesita de ti para poder desarrollarse, crecer y, también específicamente, desarrollar su lenguaje.

Mamá que me lees estando todavía embarazada.

Mamá que me lees con tu bebé en tus brazos.

Mamá con un bebé que ya está en edad de empezar a decir sus primeras palabras

Mamá con un peque que está tardando en hablar.

Mamá con un peque que tiene algún desafío comunicativo importante.

Mamá, en realidad da igual en qué momento estás. Eres mamá. 

Por lo tanto, puedo hacerte esta pregunta.

¿Qué es lo más importante para ti?

Más concretamente: ¿Qué es lo más importante para ti entre tu peque y tú? ¿Qué es lo que verdaderamente importa?

Reflexiona. Escríbelo incluso. Escribir es una técnica poderosa. 

Que no se te pasen las “primeras veces”

Sé que habrá muchísimas respuestas y que cada una de nosotras, mamás, tenemos muy distintos deseos, distintos objetivos en la vida, muy diferentes situaciones personales y profesionales… Pero me aventuro a decir que la respuesta a estas preguntas se podría resumir en algo como: 

Estar con mi hijo, disfrutar del mayor tiempo con él, verle crecer y maravillarme de cada pasito que da en la vida.

Su primera sonrisa.

Su primer diente.

Su primer balbuceo.

La primera vez que se queda sentado.

La primera vez que consigue ir de un juguete a otro.

La primera vez que se pone de pie apoyándose en el sofá.

Sus primeros pasos.

Sus primeras palabras.

Su primer “mamá”.

Su primer grito fuerte.

Su primera cara de sorpresa.

Su primer abracito.

Su primer…

(Termina tú en los comentarios).

Tantas primeras veces que sé que no te quieres perder. ¿O sí?

Y que si no te quieres perder, sabes que en los primeros años de tu hijo vas a tener que hacer bastantes modificaciones en tu vida.

Vas a tener que hacer elecciones sabias y descartar cosas que ahora pasan a un segundo plano.

Nuevas preguntas cuyas respuestas son clave

Para poder hacer eso, te invito a responder a estas nuevas preguntas:

¿Qué es eso qué harías si pudieras diseñar tu vida a tu medida?

¿Qué es lo que tu corazón te dice si no existieran los juicios de otras personas, las obligaciones?

No sé el tuyo, pero mi corazón me decía, hace once años, que necesitábamos un ritmo lento.

Ser paciente.

Hacer una cosa detrás de la otra.

Poder adaptarme a cada momento. 

Que las cosas pudieran fluir a su debido tiempo. 

Que habría días que podríamos hacer más, y otros, menos. 

Que el descanso era importante: el del peque y también el mío. 

Que podíamos hacer ciertos planes, pero que seguramente algunos serían cancelados en el último momento, y que no pasaba nada si eso sucedía. 

Que lo más importante era:

Pasar tiempos juntos sin ninguna expectativa más allá de disfrutar y pasarlo bien.

Conocernos.

Conocerle.

Hacer las cosas siguiendo mi corazón, mi intuición.

En realidad, saber sentir mi intuición (descartando las capas que se habían puesto encima de ella).

Salirme de los caminos marcados por otros.

Desaprender mucho.

Aprender también mucho: sobre mí, sobre lo que un niño verdaderamente necesita, sobre las tantas posibilidades que existen alrededor de una misma cosa.

Pero que no todas van alineadas con mi manera de entender el mundo.

¿Te resuena?

Evitando la vida “invivida”

“La mayoría de nosotros tiene dos vidas. La vida que vivimos y la vida ‘invivida’ dentro de nosotros. Entre ambas se encuentra la resistencia.” Steven Pressfield

El 21 de diciembre compartía esta cita y esta reflexión, que va tan en línea con lo que estoy compartiendo ahora.

“Vida invivida”. Eso duele.

Ojalá podamos darnos cuenta lo antes posible que podemos elegir mucho más de lo que nos pensamos. Que no lleguemos un día y nos demos cuenta de que hemos tenido una vida invivida.

Me gustaría compartirte, más allá de la mera reflexión sobre la importancia de pasar el máximo de tiempo con nuestros hijos y que además este sea de calidad, real, vivido… lo que yo también he descubierto que me hace bien para poder estar bien para poder dar.

Aquello de que para poder dar, primero tenemos que cuidarnos y estar bien.

Hace años que exploro varias maneras de estar bien. 

No creo que te esté descubriendo nada nuevo, porque de esto se habla muchísimo actualmente.

Pero quiero decirte que verdaderamente para mí ha sido un antes y un después.  

Mis actividades preferidas y ya inseparables y no negociables, de autoconocimiento, crecimiento personal y profesional, bienestar y salud son:

Caminar

Meditación

Journaling

Collage: collage intuitivo y SoulCollage

Escuchar a personas inspiradoras

*Abajo te dejaré algunas referencias a cada una de estas prácticas

Todo esto para ir en la dirección de lo que verdaderamente me mueve

y me ayuda a seguir alineada con mis propósitos personales y profesionales.

A seguir mejor mi intuición.

A encontrar la sencillez y descartar lo sobrante.

Esto lo escribía antes de que terminara el año 2024 y decía que en esos momentos habría mucha gente que estaría haciendo sus propósitos para el nuevo año.

Yo prefiero hacerlos cuando el corazón me habla.

Diariamente reflexiono, hago balance y ajusto mis acciones.

Voy aclarando mis prioridades.

Y voy dando pasos para no sentir que llevo una vida invivida dentro de mí.

¿Y tú?

¿Qué quieres para ti?

¿Qué quieres para tu hijo o hija?

¿Qué quieres para ambos?

¿Qué haces o harás por no tener una vida invivida dentro de ti?

¿Te animas a hacer tus propósitos hoy mismo? Propósitos que irás revisando cada día.

Y no pienses que es una tarea que te añades. Llegará un momento que solo poniendo la mano en el corazón, lo sabrás al instante.

¿Tienes claras cuáles son las claves?

Llegados a este punto, me doy cuenta de que no sé si han quedado claras cuáles son esas claves.

Para mí lo son. Pero lo dejaré más explícito.

El primer paso para saber cómo impulsar el desarrollo comunicativo de un peque que presenta algún desafío es dedicarle tiempo, que ese momento entre tú y él sea valioso.

Aquí empieza todo, seamos realmente conscientes de ello.

Una vez en esos momentos, diarios, de calidad, de presencia… debemos poner en práctica de manera consciente e intencional algunas de las estrategias de comunicación que impulsan sí o sí el lenguaje de un peque.

Algunas de estas son: 

  • Observar
  • Escuchar de manera activa
  • Responder de manera responsiva
  • Comprender que la comunicación no son solo palabras
  • Poner emoción a la interacción
  • Enfatizar nuestra comunicación no verbal
  • Satisfacer las necesidades comunicativas que el peque tiene en cada una de sus etapas vitales
  • Satisfacer sus necesidades de exploración y aprendizaje
  • Conocer y apreciar sus fortalezas
  • Darnos cuenta de cualquier pequeño avance 

Estas estrategias deben ser bien comprendidas y aplicadas de manera consciente, intencional y regularmente en el día a día con el peque.

Profundiza en las claves y estrategias de comunicación que impulsan el lenguaje del peque

Si quieres profundizar sobre todo ello, que te cuente qué quiere decir cada una de ellas y cómo hacerlo, con ejemplos reales, con reflexiones… te recomiendo mi Curso Estrategias Estrella para Impulsar el Lenguaje del Peque.

Este curso, además, viene con acompañamiento por mi parte y poder entrar en la comunidad de familias que trabajan directamente conmigo, donde cada una de ellas comparte sus logros y también pueden hacer sus preguntas que yo voy respondiendo una a una de manera personalizada.

En este curso encontrarás mis mejores talleres sobre:

  • Ingredientes de la Comunicación: dónde poner el foco realmente para impulsar el lenguaje del peque
  • Estrategias fundamentales y estrategias estrella de comunicación que suponen un antes y un después en la comunicación familiar y sin duda impulsan el lenguaje del peque
  • Funciones comunicativas a potenciar para que el peque se pueda comunicar mejor 
  • Y muchísimo más

***

Referencias a algunas de las prácticas de autocuidado y desarrollo personal que he citado en el artículo:

Meditación: con Anna Lorita

Journaling: El Camino del Artista de Julia Cameron

Collage: Intuitive collage de Shelley Klammer y SoulCollage

Somriure, crianza respetuosa

***

Texto original de a cita:

“Most of us have two lives. The life we live, and the unlived life within us. Between the two stands Resistance.»

Steven Pressfield, The War of Art. Break Through the Blocks and Win Your Inner Creative Battles.

En español La Guerra del Arte: Rompe las Barreras y Vence tus Batallas Creativas Internas.

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Un comentario

  1. Pingback: El turno de palabra. Sorprendentemente, quizás debas hablar menos para que tu hijo/a hable más | Método Natural de Lenguaje - Creciendo con las palabras

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