- Mi hijo no avanza a la velocidad de los otros niños
- ¿Cómo sé si mi hija tiene un retraso de lenguaje?
- Me cuesta no comparar a mi hijo con los otros niños
- Mi hijo con casi 6 años no comprende bien y no sé si debería preocuparme
- Mi hija no pronuncia bien
Estas frases han sido dicho por familias con quien he trabajado. Familias a las que he acompañado y dado las herramientas para que fueran ellas las que ayudasen a sus hijos en el desarrollo de su lenguaje y comunicación; para entender mejor a sus hijos, para ayudarles a mejorar la pronunciación, para hacer que dijeran más palabras, empezar a decir frases…
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Conocer el desarrollo normal del lenguaje
Con estas familias, antes de pasar a conocer las herramientas efectivas que deben usar para favorecer la comunicación y el lenguaje de sus hijos, se deben hacer varias cosas. Una de ellas es que las familias deben conocer sobre desarrollo de lenguaje para entender en qué estadio y nivel se encuentra su hijo/a. Para eso existen las tablas de desarrollo normal de lenguaje, con las cuales podemos situar el lenguaje de nuestro hijo/a.
El problema es que esas tablas tienen limitaciones. La primera, es que hablan de una normalidad bastante estática, como si todos los niños/as tuvieran que cumplir esas características en ese mismo momento. La segunda, que muchas de esas tablas hablan solo de lenguaje verbal, como cuántas palabras o tipo de frases los niños/as tienen que estar diciendo a cierta edad, pero no tienen en cuenta aspectos mucho más amplios como el tipo de comunicación que tiene ese niño aunque su lenguaje verbal esté “retrasado” en relación a la tabla. Otro problema de esas tablas es que la mayoría están elaboradas teniendo en cuenta a niños monolingües, que solo hablan una lengua, y muchas de las familias con quien trabajo tienen hijos/as bilingües o que hablan incluso más lenguas.
Además, ¿qué significa la palabra “retraso”?
Según este artículo1 de la Academia Americana de Pediatría “uno de cada 5 niños aprenderá a hablar o a usar palabras más tarde que otros niños de su edad. Algunos niños también mostrarán problemas de comportamiento porque se frustran cuando no pueden expresar lo que necesitan o quieren”. ¿Quiere decir esto que todos esos niños presentan un retraso de lenguaje? Pues depende de quién lo valore. Hay muchos profesionales que le llaman retraso de lenguaje a toda aquella desviación que se da de la norma, de las tablas que os comentaba hace un momento. A mí me gusta ser mucho más cauta y no me gustan las etiquetas. Aunque por definición un retraso de lenguaje significa que el lenguaje se está desarrollando más lentamente teniendo en cuenta unos baremos de evolución “normal”, en muchos de estos casos valdría la pena no poner esta etiqueta. Os contaré por qué.
Primero, porque muchas veces estos “retrasos” del habla o del lenguaje son temporales. Eso significa que llega un día que el niño/a se pone al nivel de los demás, que suele ser entre los 4 y 6 años. Entonces, si al final su lenguaje resulta ser normal, ¿para qué haberle llamado retraso? ¿Por qué no haber entendido que simplemente existe una variedad enorme entre los ritmos de adquisición del lenguaje entre los niños y niñas? Las etiquetas y “diagnósticos” que hablan de “retraso” pueden provocar mucho estrés y preocupación en los padres y en muchos casos se podría evitar. Además, vuelvo a decir, que si no se tienen en cuenta todos los aspectos de la comunicación del niño/a (lenguaje no verbal, cómo interactúa, cómo es su juego…), si es un niño que habla más de una lengua, si está pasando o ha pasado por alguna situación de cambio (para poner un ejemplo de total actualidad, un confinamiento) no sirve de mucho hablar de retraso.
En muchos de estos casos estos niños/as evolucionarían con normalidad sin intervención. ¿Significa eso que no es necesaria una evaluación temprana? Pues en absoluto. Considero que una evaluación temprana es importantísima, cuanto antes poder valorar si hay algo que “preocupa” mejor. Porque cuanto más pequeño es el niño/a más efectiva será la intervención. Pero una intervención bien hecha y adecuada.
Señales de alerta
Y es que, ciertamente, hay casos en que estas señales de alerta, esa sensación que tenemos que algo pasa, que no está bien, sí son un signo de algo importante:
- Casos de retraso del lenguaje o del habla que sí que requerirán una atención, aunque se resolverán sin muchas complicaciones
- Trastornos más importantes como los Trastornos del Lenguaje, que requieren de intervención específica y tienen un pronóstico más reservado y una evolución mucho más lenta
- Trastornos generalizados del desarrollo, como un trastorno del espectro autista (TEA) o un retraso mental
- Pérdidas auditivas
Lo que yo considero normal (pero hay quien llama retraso)2
A partir de los dos años los niños se enfrentan a un mundo más amplio y se relacionan con más personas. Esto incrementa su necesidad de comunicarse y hacen el esfuerzo de mejorar el habla para que les entiendan. Aumenta el vocabulario y la construcción sintáctica, utilizan los diferentes elementos gramaticales, pero aún se observan errores en las concordancias o flexiones verbales.
En esta etapa, se observa gran variabilidad respecto a los modelos articulatorios y nivel del lenguaje de los niños: hay niños a los que se les entiende muy bien y otros a los que no, niños que dicen muchas palabras y hacen frases bastante elaboradas, y otros que mucho menos.
Así pues, entre los dos y los cuatro años de edad nos encontramos con niños que ya hablan bastante, unen palabras, hacen pequeñas frases, tienen bastante vocabulario, pero en el otro extremo del espectro nos encontramos a aquellos niños que aún no dicen ni una palabra, o tal vez dos o tres. Todos estos niños con sus diferencias pueden estar dentro de la normalidad, ya que hay algunos niños que necesitan más tiempo para adquirir las primeras palabras y el lenguaje.
Motivos hay muchos: el entorno, las características personales del niño, el tipo de comunicación que se establece con ellos, si están escolarizados o no, si han tenido algún problema de las vías respiratorias altas (como de oído o mucosidades) o de alimentación (a la hora de introducir la alimentación complementaria). Todos estos son factores que tienen importancia en cuanto a la adquisición y el desarrollo del lenguaje.
Sea como sea, consulta con un especialista
Aunque la variedad dentro de la normalidad es amplia, desde aquí recomiendo a las mamás y papás que tengáis cualquier duda de si vuestro hijo o hija está en un estadio normal de desarrollo vayáis a consultar a un especialista. Porque una evaluación va a servir para descartar que hay nada preocupante. Y que si hay algo que sí que debe ser tratado, lo empecéis hacer cuanto antes.
Una evaluación conmigo, os servirá para ver cómo está funcionando la comunicación y el lenguaje de vuestro hijo/a y también vuestra comunicación y lenguaje respecto a él/ella. Porque vosotros sois quienes pondréis en práctica un conjunto de estrategias que se conoce son favorecedoras del desarrollo del lenguaje, y se considera la implicación de la familia como un factor de buen pronóstico en la evolución del niño/a.
“Cuando las mamás y papás saben usar esas herramientas y pueden aprovechar y maximizar todos los momentos de relación y comunicación en la vida cotidiana, a los niños no les queda otra que mejorar”.
Alexia Rattazzi, psiquiatra infanto-juvenil argentina especialista en autismo.
Si tienes alguna pregunta o cuestión similar a las de este artículo, no dudes en contactarme. Tu primera consulta gratuita. O, si prefieres, déjame tu comentario. Te leo.
1“” en HealthyChildren.org de la American Academy of Pediatrics
2Este párrafo está extraído del capítulo 1 de mi libro Ayudando a nuestros hijos a hablar de manera natural. Guía para padres de niños y niñas de 0 a 6 años.
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